Artemisa busca en su historia y la cuenta... momentos difusos que se esclarecen con el paso del tiempo y, por fin, cobran sentido.
miércoles, 14 de enero de 2009
MI TRISTEZA
La conocí enteramente alegre, despampanante y risueña... aunque siempre percibí una profunda tristeza en su ser y en su mirada también... De vida ajetreada, activa e imparable... palpó la riqueza y también supo ganarse el pan... y un sueño...
Hoy la tristeza vino a mí enmascarada con la cara de esa mujer... a quién admiro, de la que aprendí y con quién compartí ricos momentos, amenas conversaciones y risas que creíamos interminables... y que hoy guardo en el baúl de la nostalgia. A veces he echado de menos un minuto entre tu y yo, solas.
Hoy se me ha nublado el alma ante incertidumbres que no alcanzo a comprender y lo poco que entiendo no me gusta... y lo poco que sé no me sosiega... y así estoy...
Ensombrecida... sin saber si la lucha es posible, si el enemigo es vencible... si hay otra oportunidad. Y así estoy... con mirada triste y sin saber qué hacer.
Vivimos soportando presiones, superando obstáculos y encarando diferentes etapas y facetas que la vida nos va presentando o que elegimos... y nos olvidamos de nosotros... de nuestro ser... de nuestra alma... Se nos olvida mirarnos por dentro... y aclarar nuestras emociones... contactar con las señales de nuestro cuerpo. Oímos sin escuchar, miramos sin ver... y asentimos sin sentir. Una pena.
Una amiga me encontró en la distancia... y me pilló con la tristeza recién llegada... y me atendió y pretendió consolarme y paliar mi sentir, absorver mis lágrimas y sosegar mi ser... y lo consiguió por unos minutos... Gracias.
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