Huellas disueltas en agua salada.
Sin señales de pisadas
que tan rápido como sellan la arena
son borradas por el mar.
El eterno juego...
Sin huellas solamente nosotros somos testigos de nuestras propias pisadas
en el momento de andar, gracias a nuestra memoria y al echar la vista atrás.
Incluso las perennes rocas son marcadas por el entorno,
erosionadas por el aire y por las pequeñas partículas de minerales.
Juego de texturas visuales,
eterno movimiento y contrastes de color.
Arena, olas, rocas, mar y aire ...
y más allá la inmensidad...
tan infinita como queramos verla,
tan incontrolable como la queramos alcanzar.
Sonidos relajantes que nos invitan a respirar...
Bonito paisaje matinal,
tan breve como nos dejó la eminente tempestad...
Tal vez ahí esté la gracia...
y saber que nos volveremos a encontrar.
2 comentarios:
Es agardable leerte... se nota que te gusta acompañar con tus frases, regalar amabilidad... gracias
¡Qué agradable que me hayas leído! ¡Qué bonito conocer gente nueva! Nuevas inquietudes, nuevos pensamientos, nuevas palabras... y mil reflexiones más que nos invitan a ver de nuevo nuestro mar.
Publicar un comentario