Incluso para crear sombras necesitamos la luz. Esa que hace posible la proyección de nuestras formas en el mundo; algunas difuminadas, otras perfectamente perfiladas y definidas, unas quietas y perennes, otras en continuo movimiento y cambiando según la orientación de la luz.
Siluetas proyectadas sobre superficies inciertas, sombras con luces de nuestra vida, de nuestras propias elecciones, de nuestras propias decisiones y aprendizajes... Según cómo pintemos nuestra existencia, proyectaremos nuestras formas; según la luz que nos alumbre y donde nosotros nos queramos posicionar reflejaremos nuestra presencia. Y así vamos viviendo... aprendiendo a ser, con nuestras luces y nuestras sombras y apreciando cada una de ellas.
4 comentarios:
Sombra amiga que mueves mis huesos cada mañana, no te alejes del todo. Que, si bien acaricia esa luz tibia e intermitente, son tus humedades las que me recuerdan siempre cuán profunda es el alma y las sedas en las que inventarme.
Vuelve. Siempre.
Beso, preciosa mujer.
Gracias, Murgan... de nuevo por estar ah, por tus comentarios, por tu manera de escribir que sabes que me encanta.
Amiga Sol y sombra, no te confundo con la bebida fuerte de cada mañana para muchas personas que lo necesitan para levantar su sombra, más te invito a que reflexionemos quienes el "ser y el siendo" en relación con la luz y la sombra.
Para mi la luz es el "ser" que deja una larga estela de sombra de nuestro "siendo".
Con mucho aprecio tu amigo "mirindo"
Me ha gustado tu escrito porque confieso que yo tampoco sé explicarme sin la sombra que proyecto con la esperanza que aunque sea sólo algunas veces, alguien se sienta reconfado por ella.
Un saludo.
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