viernes, 6 de julio de 2012

CON SER BUENO YA NO BASTA


Ya no basta tener bajo el brazo un título de "lo que sea", ya no basta tener experiencia en nuestra determinada (y limitada, en ocasiones) especialidad, ya no basta con ser bueno en aquello que hacemos y cómo lo hacemos, ahora hay que tener en cuenta la capacidad de mejora, la superación personal y profesional y las habilidades oportunas para "surfear con el cambio", capear la incertidumbre y reconducir nuestro propio navío durante los temporales en alta mar. Para eso, no hay titulaciones que valgan si no nos ponemos manos a la obra con nosotros mismos, si no indagamos sobre nuestras capacidades e descubrimos maneras de mejorar(nos) y de apostar por nuestro propio desarrollo personal que inevitablemente afectará a nuestro desarrollo y mejora profesional.
Ya no basta con ser bueno, hay que SER el mejor, el mejor que hasta ahora estamos preparados para ser y seguir preparándonos para superar nuestras propias expectativas. A primera vista puede resultar angustioso, difícil, farragoso, y no sé cuantas excusas más repletas de creencias limitadoras para no hacerlo. ¡Maldita comodidad...!  Nos toca salir de nuestra zona de confort y aventurarnos a penetrar en territorios desconocidos donde no sabemos lo que nos vamos a encontrar, ni siquiera si sabremos dar respuesta a aquello que nos vaya sucediendo. Lo importante es permitirnos pasar por la experiencia, permitirnos equivocarnos o al menos no alcanzar nuestro objetivo a la primera, segunda o tercera intentona... sin embargo hay tantas maneras de hacer las cosas como nuestras neuronas sepan enlazar las conexiones creativas oportunas o posibles... y el número podría ser infinito.
Cuando nos enfocamos en nuestro propio aprendizaje, auto descubrimiento y desarrollo, cuando nos predisponemos a indagar y explorar más sobre nosotros mismos y ser conscientes de nuestro propio potencial empezamos un camino sin retorno, nunca se deja de mejorar si uno no quiere, estamos en continuo cambio, de hecho unas de las presuposiciones de la Programación Nuerolingüística es que la naturaleza del universo es el cambio, ya que es inevitable, ¿que tal si lo encauzamos hacia nuestra propia felicidad y satisfacción personal? Parece prometedor, y cualquier cosa que vale la pena, requiere tiempo, voluntad y disciplina. La felicidad tiene un precio y es estar dispuesto a mojarse por uno mismo, apostar por nuestras propias  habilidades y talentos y confiar en nuestra capacidad de superación y mejora. Con nosotros mismos cogidos por los cuernos viviremos las circunstancias y adversidades de una manera más natural, desarrollaremos y potenciaremos nuestros otros sentidos como la intuición o la inspiración para seguir orientandonos en un mundo cada vez menos estable, predecible y cierto.
Con ser "bueno" ya no basta... a menudo lo "bueno" es enemigo de lo "mejor" y en un mundo cada vez más competitivo, el ser bueno en algo, se puede quedar corto.