Hay cielos que invitan a pensar que no existen limitaciones.
Más allá, el horizonte: finas lineas irregulares, ondulantes y grisáceas que juegan con su espacio, ese espacio infinito y más allá, el cielo. Nubes de algodón, degradado de azules y pureza en el aire que respiramos. Cerramos los ojos y sentimos nuestra respiración, ¡qué emoción sentirnos vivos!
Y más allá, el cielo, sin fronteras, sin muros, sin límites... y pensar que puedo llegar, y creer que lo merezco y sigo andando. ¡Qué grandes hallazgos podemos encontrar si nos damos cuenta de lo que queremos! Desde mí, exploro en pleno proceso de autodescubrimiento, en pleno caminar interior para encontrar mi expresión en el mundo, potenciar mi creatividad y saber que puedo... El cielo es el límite... y allá que voy, a salir de mi madriguera y a conocer personas, amigos, compinches... que valga la pena conocer.
Y sin dejar de divertirme, exploro... dándome cuenta que hasta mis "sombras", son mis amigas, que hacen por mi, que me ayudan y me protegen a saber de qué... y el cielo sigue estando más infinito que nunca, con su aire puro y sus grandes vistas.
Siempre somos más y mejor de lo que creemos ser... y saber donde podemos llegar; vértigo prematuro que se duerme en la madurez para hacernos capaces de alcanzar nuestros más valiosos sueños.
Y pensar que el cielo es el límite.